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Programa de higiene vocal




Como consecuencia del objetivo común y primordial de todo programa de higiene vocal, caracteriza a los mismos a no estar limitados a ser enfocados únicamente a aquellas personas que requieran de la voz como herramienta profesional; sin embargo se considera que, este mismo sector debería estimar dichos programas como normas, en lugar de recomendaciones, además de ser llevadas a cabo por estos con perseverancia, tenacidad y respeto; justificándose con la aportación de Przysiezny et al. (2015): “las medidas preventivas deben ser adoptadas en la atención integral del profesional de la voz” (p.206); pese a ello, tomando una conclusión de estos autores en la citada aportación, “este cuidado vocal se difunde adecuadamente entre cantantes y artistas, pero por desgracia esto no es cierto entre otros profesionales” (p. 206).

Con todo ello, como puntualizan diferentes autores, en general, las medidas de higiene vocal, son consideradas 'recomendaciones' y no 'prohibiciones' en relación a la siguiente aportación de Bonet (2007): “prohibir no parece una buena forma de lograr el objetivo deseado. Mejor será convencer y dar a conocer de qué manera se pueden cambiar los hábitos” (p.31).

El conjunto de todos los factores contemplados, que conforman un programa de higiene vocal, resultará imprescindible como base de la intervención como se ha citado, en este tipo de disfonías, pues esta reside en la toma de conciencia por parte de los pacientes sobre la realización de hábitos inadecuados, los cuales es necesario cambiar o tener en cuenta para evitar. Por ello, se corrobora con la aportación de Grandi de Trepat (2013): “conocer el funcionamiento adecuado del sistema fonatorio y las medidas higiénicas que se deben tener en cuenta para no dañarlo es un buen camino” (p. 28); ya que una de las maneras para abordar la prevención de los problemas vocales, consiste, básicamente, en evitarlos. (J-Menaldi, 2002)

Concluyendo, es necesario conocer que, como añade Jackson Menaldi (2002): “la higiene es en esencia medicina preventiva. Por lo tanto, higiene vocal, significa práctica vocal, que resulta saludable con conductas vocales que no dañan o abusan la laringe” (p. 304).



Jackson-Menaldi, C. (2002). La voz patológica. Buenos Aires: Editorial Médica

Panamericana.

Przysiezny, P.E., Tironi Sanson Przysiezny, L. (2015) Work-related voice disorder. Brazilian Journal of Otothinolarungology, vol. 81, nº 2, 202-211.

Grandi de Trepat, Diana. (2013) La educación de la voz, un camino para prevenir el estrés

vocal. ISEP Science. II Jornades sobre l’estrès en els Professionals del Món Educatiu,

28-32. Rescatado el 9 de marzo de 2015 de

Bonet, M (2007) Fisiología del canto. Medicina del cant, 38-69. Recuperado el 9 de marzo de

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